martes, octubre 30, 2007

The State of Massachusetts by Dropkick Murphys



Las expresiones artísticas han tomado al videoclip cómo un hijo muy querido, de manera que las ya difusas fronteras entre el video y la expresión artística se han finalmente difuminado, cortesía de las mini vanguardias que el video clip ofrece dadas sus amplias posibilidades.

En el plano estrictamente comercial este formato –ya convertido por derecho propio en género- fue creado para impulsar las ventas de los artistas, ya que ofrecían la posibilidad de ver al músico realizando la puesta en escena, tal cómo las giras los ofrecían, dando a luz la primera categoría de Live Performance. Con el paso del tiempo y las exigencias de la juvenil audiencia por realizar a sus ídolos en pedestales cada vez más altos y extravagantes y verse reflejados en una búsqueda por identidad propia, los videoclips musicales tendieron a contar historias o a exponer de manera gráfica (hipertexto visual) bien sea las visiones del artista cómo las líricas de las canciones (hipotexto musical).

El gran abanico de artistas disponibles redunda en una no menos que asombrosa cantidad de variaciones de estilo y técnica en cuanto a sus videoclips musicales ser refiere. Para este caso en particular, he escogido un video de la banda anglo-irlandesa Dropkick Murphys, cuya especialidad de género radica en una mezcla de punk con instrumentos típicos irlandeses tales cómo el fiddle, el melodeón, las flautas, la gaita, entre otros, amén del uso del banjo, instrumento típico norteamericano, todo este abanico de instrumentos utilizado en canciones de su propia composición, cómo típicas irlandesas; temas cómo la diáspora, el movimiento republicano, la hambruna, la cerveza y el whiskey, la familia, la religión, la herencia irlandesa en EE.UU. y el baseball –con especial predilección hacia los Boston Red Sox- son tópicos obligatorios en su discografía.

Cabe anotar que, al ser una banda de mediano corte, no cuentan en sus haberes muchos videoclips, y los que se conocen, son del tipo Live Performance, sin embargo, han logrado realizar algunos videos que rompen este esquema, también gracias a la atención que la cadena MTV ha puesto en ellos. A continuación analizaré el más reciente video de la banda mencionada, el clip se llama The State of Massachussets (Director: Marc Colucci; 2007).

Es para destacar el cómo la banda promociona su video oficial en youtube.com primero que en cualquier otro sitio, llegando incluso a poner links desde su página oficial para llegar a el. Este tipo de promoción es bastante innovador desde el punto de vista del mercado, sin hacer verdadera competencia a MTV.

El ya mencionado video cuenta con una clasificación de tipo narrativo, es decir que hay una intencionalidad narrativa subyacente concreta. En este caso se trata de la historia de los hijos maltratados y abandonados de una pareja disfuncional, pero que a su vez pretenden simbolizar lo que ellos consideran problemática social. El papel de la banda en el video es de intérpretes parciales, hay un Live Performance dentro del contexto de la historia, pero actúan cómo simples espectadores sin injerencia alguna en el desarrollo del clip.

El aspecto del paratexto en este video es mínimo, solamente se muestra la entrada de un músico que dura alrededor de 3 segundos para luego empezar a tocar el banjo que inicia el hipotexto musical.

La yuxtaposición del hipertexto visual y del hipotexto musical está bien elaborada, con cortes on-the-beat que le dan cierta unidad al videoclip, aunque con ciertas dosis de contrapuntos en dicha yuxtaposición que le imprimen ritmo veloz a al video, acorde con los contrapuntos de la canción, por eso, desde el punto de vista dramaturgico, el video de los Dropkick Murphys tiene carácter narrativo y contrapuntístico y con interprete parcial que no tiene una armonía total entre imagen y música, pero que juntos cobran un sentido diferente , tal cómo es la intencionalidad de la canción, con ideas independientes pero coexistentes. Este video se sitúa cerca del límite entre lo narrativo y lo no-narrativo.

Aunque el corte on-the-beat le otorga un sentido alterado de la temporalidad al videoclip The State of Massachussets, no necesita de muchos efectos especiales, y los pocos que hay, no son de carácter futurista ni mucho menos impresionantes, tales cómo el desvanecimiento de ciertos personajes, pero aun así el peso de los significantes y significados y el simbolismo en general, recae sobre la escenografía y locación en dónde el video fue grabado, además de esto, hay que decir que el manejo de cámara es bastante tranquilo, sin movimientos abruptos de cámara y manejando tomas clásicas de interiores, la riqueza en este apartado la otorga la casa misma y su estado.

El ritmo del videoclip es bastante estimulante y mueve a la melancolía, con una armonía contrapuntística entre los textos, incluyendo cierto raccord que permite a cada integrante de la banda permanecer tocando su instrumento en un sitio diferente de la edificación sin por ello estropear el performance de la canción. Aunque no hay fragmentos en el video, si puede perfilarse cómo de crítica social, ya que alude a presuntos problemas en la conformación, evolución y degeneración de la estructura familiar tipo nuclear, típica de los católicos estadounidenses-irlandeses.

Para terminar, hay que decir que el hipertexto visual de The State of Massachussets no es un videoclip vanguardista, pero si es impactante, y está acomodado a la perfección con el hipotexto musical, estos dos aspectos colaboran contrapuntísticamente entre si para hacer de este video uno de los mejores de la banda, sentando un precedente para la elaboración de posteriores trabajos, siendo admirado por los seguidores de los Dropkick Murphys como una obra de arte.

Para ver el videoclip: http://www.youtube.com/watch?v=G2WtBJYoy0Y

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domingo, septiembre 02, 2007

Cultura de masas y “Niveles” de cultura



La industrialización ha planteado serios problemas para la integración de las masas alrededor de la cultura y sus diferentes modelos. Umberto Eco postula* una preocupación legítima alrededor de los mass media cómo modeladores de conductas y tendencias de habitus en los diferentes niveles sociodemográficos y se basa en la premisa de que el hombre contemporáneo no es el mismo que el modelo renacentista ha impulsado y que es el propuesto para el análisis de los media, pues este hombre con patrones de análisis y conductas predecibles carece de los valores suficientes para analizar de manera distinta la incursión mediática de la cultura o viceversa.

Los argumentos que el autor traza en contra de la cultura de masas son de corte apocalíptico, pues no admite de manera alguna la influencia que los media tienen sobre las capas de la sociedad y la manera en que han permeado la cultura hasta banalizarla y darle un cariz mercantil por situarla al alcance de todas las capas sociales, la industria de los media es vista cómo la que determina en lo absoluto el consumo cultural y le impide cualquier tipo de originalidad y vida, pasa a ser un producto estéril cuyo valor reside únicamente en si mismo y no en su trasfondo.

Por otro lado, en los argumentos que defienden la cultura masiva, está el mismo valor de la democratización visto desde un ángulo positivo, permitiendo el conocimiento basado en el bombardeo constante de datos y patrones de criterio que dan la posibilidad de formar y aprender; también Eco da por sentado, que el capitalismo no es exclusivo de la cultura de masas y que su uso se ha extendido a lo largo de los regímenes, hasta puede ser vista como factor de homogeneización y unión política y social, de esta manera se hace más fácil la recepción de los bienes culturales.

El autor plantea una nueva visión acerca de la cultura mediática que la incluye cómo posible vehículo de valores culturales; mas allá de si esto ejerce influencias positivas o negativas, en un equilibrio conjunto con las leyes del mercado y las tendencias que las masas pautan para sí mismas. El objetivo es demostrar que la cultura no desaparece ni se hace menos efectiva por ser mercantil, siguiendo las leyes del sistema imperante, en donde no importa el tipo de influencia sino el afán de democratizar la cultura de manera adecuada.

*=Libro: Apocalípticos e Integrados, de Umberto Eco

domingo, agosto 05, 2007

Simbolismos (Homenaje a Monterroso)



Henry puso fin al gran tormento que le acomplejaba desde hacía unos años cuando su novia, la que se convertiría en su esposa, tuvo un enredo sentimental con el hombre que vestido de Barney se ganaba la vida en un canal comunitario de la localidad de Usaquén, dinosaurio que además, le quitó la oportunidad de realizar un proyecto de televisión infantil alternativo. Así que, en un arranque de ira, frente a decenas de niños en un parque, lo abaleó, esperando así encontrar su redención, pero el impacto psicológico de haber matado a alguien le produjo el consecuente desmayo.
Y cuando despertó, el dinosaurio todavía seguía allí.

martes, junio 12, 2007

Historia de un SS


(Esta es una historia fictricia y sin sentido político alguno. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, es sólo un maldito cuento)

Con cuidado de no botar las cenizas de tabaco aromatizado en la calle, Hermann Schmidt camina con paso cancino por un anden de la Unter der Lindenstrasse en Berlín y desde donde se podía ver de cara al oriente, la Brandenburger Tör; en sus pasos se reflejan los movimientos de un hombre que lo hizo todo en su juventud y que no se arrepiente sino de lo que omitió hacer. Su físico era admirable, aún para su edad, y conservaba ciertos rasgos de lozanía que en otros tiempos lograron convertir su imagen en objeto de culto; su cabello se resistía a blanquearse, y lo único que las canas lograban hacer en esa cabellera fue hacerla pasar de un rabioso tono rubio a un par de tonos más debajo de la escala. Su porte de 1.85m no lo dejaban pasar desapercibido, aunque para sostenerlos necesitara la ocasional ayuda de un bastón, y sus ojos azules cómo el ónice resaltaban aún más tras unos delgados lentes.

Después de caminar durante un cuarto de hora bajo un despejado cielo de verano, paró un taxi y lo abordó, no sin antes botar la ceniza de tabaco a los pies de un arbusto. Al instante de arrancar, Hermann se dejó perder en las profundidades de su memoria, de un pasado lleno de gloria y fastuosidades monumentales, con una obsesión por la muerte cercana a la locura.

El taxi se detuvo en el corazón del barrio Kreuzberg, frente a un moderno edificio de apartamentos de fachada blanca en donde Schmidt ingresó, pensativo y sin darse cuenta de una extraña presencia que lo seguía y que se apresuró a tomar el ascensor junto a el. Después de un breve intercambio de saludos por cortesía y sin preámbulo alguno, el joven desconocido le espetó una pregunta a ese cansado anciano.

- ¿Usted era un SS, verdad?

El rostro del viejo adquirió rápidamente una tonalidad rojiza y un súbito temblor sacudió su piel arrugada y estriada por algo más que el estrés citadino.

- ¿Cómo se atreve a preguntarme eso?- dijo con un tono poco menos que convincente.

- Mire señor, es una pregunta extraña, pues lo deduje porque una persona de su edad, con sus rasgos físicos no pudo haber pasado desapercibida en el Tercer Reich-, dijo el muchacho, impasible, mientras presionaba el botón del quinto piso en el panel del elevador.

- Ese también es mi piso.

- Lo se, yo iba a visitarlo, pero me ha ahorrado la molestia de ver cómo cerraba la puerta en mi cara.

- ¿Quién es y que quiere?

- Me llamo Böll, Franz Böll, y quisiera saber más acerca de su pasado, y el de media Alemania.

- ¿Por qué razón?

- Llámele… curiosidad histórica.

-

Con un movimiento de cabeza, el octogenario Hermann dio a entender que no le parecía nada mal esa entrevista furtiva, por el contrario, le quebraba la rutina y se podría dar nuevamente importancia recordando una época tan importante para el, así que cuando las puertas del ascensor se abrieron, Schmidt introdujo hábilmente y sin temblores la llave en la cerradura y le dio paso al primer individuo extraño que recibía en su hogar.

Era un apartamento grande y con aroma a picadura de tabaco de vainilla, cómo los que ya no se ven en Berlín de estos días, con un ventanal magníficamente amplio, pero cubierto con persianas metálicas negras, muebles austeros y escasos en el recibidor pero que imprimían cierto aire de dignidad a la estancia. Luego del recibidor, a mano derecha se encontraba un corredor con tres puertas. La espartana decoración no delataba la personalidad de su habitante, cosa que impresionó a Böll, pues esperaba que las creencias de Schmidt se manifestaran en su espacio privado cómo una extensión de su personalidad.

En estas cavilaciones se ocupaba Böll, sin sentarse, en la puerta del recibidor, mientas que el viejo Hermann iba hasta la nevera, traía un par de cervezas y se sentaba en el sillón esperando a que su visitante se sentara, cosa que tardó un par de minutos.

- ¿Y bien?-, dijo Hermann.

- Está bien, iré al grano-, comentó el joven Franz.

- Soy todo oídos.

- ¿Por qué se convirtió en SS?

- Un hombre no se “convertía en SS” simplemente, cómo quien se pone una camisa, un hombre simplemente nacía con la predisposición y esperaba el momento adecuado para poder demostrar lo que es, y ese momento llegó en los años 30. aunque en esa época yo estaba muy niño, mis compañeros de las Hitlerjugend y yo ansiábamos ser parte de esa fuerza que se mantenía ante nosotros cómo valientes guerreros y héroes; ya estábamos hartos de los pantalones cortos y de las inofensivas actividades que ahora emulan con cierto tono homosexual los Boy Scouts, queríamos portar los uniformes negros, el casco de acero y la corbata negra junto con las botas del Wehrmacht además de todo eso, queríamos llevar un arma y poder ser admirados en público y en privado por las muchachas de la Bund Deutscher Mädel, quienes nos ignoraban cómo a simples niñitos, cambiándonos por los cadetes de la Schutz Staffel.

- ¿Cambiaron las cosas cuando lo logró?

- Para nada, lo único diferente era que la guerra casi se aproximaba, el Führer se empeñaba en incorporar la división al ejército y así equiparnos con armas decentes, de esa manera, estuve en la primera promoción de las Waffen-SS las SS armadas, que no eran las mismas que las Allgemeine-SS. De todas formas, éramos la élite de combate y fuimos duramente entrenados para merecer tal denominación, más allá de eso yo ya tenía 18 años y todas mis energías concentradas en mi día del juramento al Führer.

Mientras rememoraba aquello y el nivel de las cervezas disminuía en los recipientes una rápida sucesión de imágenes que se convertía en un recuerdo vívido, transportaba a nuestro envejecido amigo a las filas de la 12º Panzerdivision, el día en que recibió la consagración por parte del mismísimo Reichskanzler Adolf Hitler en la cuidad bávara de Munich, en el Feldherrnhalle.

Ese día se representaba no solo la entrada de nuevos elementos SS, sino el homenaje a los mártires del Partido Nazi, era una fiesta sin precedentes en el Reich y todos querían presenciarla, era el momento más trascendental de su época y a ella no solo acudía el gobierno, sino los más altos y mejor condecorados representantes de las fuerzas armadas, las mejores galas y ornamentos eran vestidos y usados para el solemne evento, en el cual los desfiles, los estandartes rojos con la cruz gamada en medio de un círculo blanco, coloridos e impresionantes, esvásticas representando el nuevo orden, en todo cuanto pudiera abarcar la mirada. Era la parada militar más increíble que imaginarse pudiera, las tropas apostadas en perfecto orden, cómo si fuesen hechas con reglas y escuadras invisibles, mientas que los efectivos que seguían llegando, lo hacían con paso de ganso, y con una coordinación perfecta, al compás de los tambores, redoblantes, dianas y otros instrumentos tocados por la banda militar apostada en una costado.

El ideario nazi y el modelo ario, con sus símbolos y runas estaban presentes en la mente de Heinrich Schmidt que en ese momento pasaba a ser SS Scharführer, un rango de cabo, vistiendo uniforme negro con remates en plata en las costuras, una camisa blanca y una corbata negra, la cabeza iba rematada por un Stahlhelm (Casco de acero), una daga a su costado, la cual tenía una inscripción en la hoja que rezaba: Mein Ehre Heiβt Treue (Mi honor es la lealtad), en el cuello sus insignias de cabo y las runas de la SS junto con el águila imperial, el símbolo oficial del Reich, cosido en el frente y el costado izquierdo de su cazadora y unas botas de cuero negras, claveteadas de caña alta del ejército, al cinto negro rematado con el escudo de su unidad, llevaba una de las pistolas de reglamento, la Luger-Parabellum P.08 y al hombro, en la posición de homenaje a los compañeros caídos, su fusil, un Mauser K98 que era coronado por su respectiva bayoneta calada con sumo cuidado por el mismo. Sentía con toda razón la virilidad de compartir con sus compañeros de armas la expectativa que precede al triunfo glorioso.

En la noche, después de haber ofrendado flores en las tumbas de los dieciséis héroes nazis, construidas cómo un altar y haber recordado sus nombres homenajeándoles con cañonazos, cantaban Ich Hatt’ Einen Kameraden a todo pulmón, cómo una forma de demostrar su dolor y alegría en la lucha de una causa por la que creían que valía la pena morir.

Luego de eso, Hitler, con los estandartes ensangrentados de los mártires, se acercaba a ellos, uncía los estandartes nuevos con las reliquias y les tomaba el juramento de la lealtad a los efectivos de las SS en esa noche fría pero iluminada por las estrellas y las hogueras a manera de los bárbaros germanos que contribuían enormemente a darle un ambiente misterioso y trascendental al gran culto. Después de un momento borroso en su visión, todo quedó en silencio y revestido por un pesado velo.

No había nadie allí, ni siquiera el más leve rastro del tal Franz Böll o siquiera de su existencia; lo que si había era un ambiente frío de repente, una botella vacía de cerveza Warsteiner y otra completamente llena pero destapada y un anciano sentado de ojos cerrados pacíficamente y piel fría que entre las brumas de sus visiones había ido a parar para siempre a su lugar en el Valhalla que, cómo soldado, le estaba legado.

lunes, abril 23, 2007

Adiós a Gabo



De cómo superar a García Márquez en el 40º aniversario de su obra cumbre y vivir para contarlo, o la formula mágica para irse de Macondo hacia un lugar mejor.

Seguramente hay muchos entre la creciente población lectora que consideran a Gabriel García Márquez cómo un autor prioritario en las bibliotecas caseras y la mente del corriente literario colombiano. Es verdad que el Nóbel les ha enseñado mucho a los que superan el promedio colombiano de lectura de un (1) libro mensual, le debemos el realismo mágico, la ironía y la visión tropical de la cotidianidad.

Pero más allá de estas verdades incuestionables: ¿Es García Márquez realmente necesario para la continuidad de la literatura en el país? Esta pregunta, en el momento del lanzamiento de una hermosa edición de aniversario de Cien años de soledad, esta vez de parte de la Real Academia de la Lengua.

Sin embargo, son bastantes los que están hasta el cuello de ese libro y su autor. Es que acaso ese esfuerzo de vanagloriar por enésima vez a Gabo, ¿no podía ser canalizado hacia la nueva generación de autores? Estamos en un país “gabizado” y se le rinden, más tributos de lo necesario a un autor que ya ni vive en su patria y prefirió el refugio en México. La falta de pertenencia se deja ver en un artículo que en 2001 la escritora cubana Zoe Valdés publicó en el diario español El País, en que critica su insolidaridad con los latinoamericanos, al preocuparse tan solo por las restricciones que les fueron impuestos para la entrada a la Unión Europea y no por los problemas graves de Latinoamérica

Es hora de que los autores nuevos -Mendoza, Gamboa, Ospina, Montt, y muchos otros que se omiten por falta de espacio, pero no de méritos- den un nuevo aire a la literatura criolla, por lo menos en los momentos en que nuestro Nóbel sufre de estreñimiento creativo, para no quedarnos atrás con respecto los estilos ni a las tendencias que los escritores del mundo aplican sin contemplaciones.

Si un país se ve reflejado en su literatura, entonces el país que Gabo escribe ya no es el que ve, ni siquiera sigue siendo parecido al de hace 40 años. Lo que se necesita es un reflejo de nuestras realidades, nuestros problemas, nuestra interacción con el mundo. La cotidianidad evolucionada. Esas son las exigencias para el presente, no más trópico macondiano, que de eso ya queda muy poco; el creciente aunque desordenado fenómeno urbanizador al que se está sometiendo todo el territorio nacional deja poco a la ingenua imaginación de un coronel de la Guerra de los Mil Días que sigue esperando, impasible y con la miseria tomándolo del cuello, una pensión de guerra que jamás le llegará.

Nada de esto debe ser entendido, obviamente, cómo un ataque directo a tan insigne escritor, no. Si quieren comprobarlo por ustedes mismos, vean en su interior –o en su biblioteca- y cuenten los libros de García Márquez que se amontonan en los anaqueles como asumiendo el papel de decanos o viejos catedráticos en un aula llena de imberbes libritos.

Si permanecemos con esa actitud dogmática de revestir de un aura de intocable al viejo maestro, no llegaremos a ningún lado y solo ocasionaremos una renovación cíclica del estilo macondiano o algo diferente, cómo las declaraciones que dio en el Primer Congreso de la lengua en Zacatecas, en el que dejó patente su rechazo a la ortografía clásica, aduciendo que el español debía eliminar las fronteras y dejar la tiranía que oprimía a los hispanohablantes; cosa a la que se opuso Vargas Llosa calificándolo de “irreverencia” y “desplante”.

Si usted, querido lector, es escritor, o sueña con serlo, pues no espere más, póngase a escribir una obra que cambie el panorama de los escritores criollos y luego busque insistentemente a un editor que acepte publicarle su novela, cuento, poemario o sea lo que sea que tenga a su disposición crear; quién sabe, a lo mejor es usted o un amigo suyo lo que tanto se necesita, otro best seller que distraiga tanta atención de Gabo con una propuesta diferente y totalmente refrescante y que termine dando autógrafos sin parar en alguna de las futuras ferias del libro de Bogotá y logre que terminemos hablando de usted como la nueva panacea, o que, por el contrario nos tenga ya hartos y escribiendo algo cómo esto en un futuro, pero a la vez contentos de haber superado el modelo semi-dictatorial de Gabo.

lunes, abril 16, 2007

A imagen y semejanza...

Este es el secreto detrás del éxito de la saga monopolista de Microsoft... y ahora que ya lo saben, únanse al combate contra la "amigable" corporación.

Usen software libre, dénse la oportunidad. Porque lo bueno no tiene que costar una fortuna.

miércoles, abril 11, 2007

Dementia en clase


Sigo sentado. Ya no recuerdo en qué instante llegué hasta aquí, mierda, si tan solo pudiera comerme esa chocolatina de la forma más insolente, enfrente de ese tedioso auditorio y mostrarles mi orgasmo sensorial. Lo bueno es que habla de ética, algo que, contrario al resto de mis vicios necesito y no tengo, aunque sé que no la quiero y el mundo no sucumbirá si no me entero de ella.

Soy el único; el resto de mis compañeros parecen rumiar exitosamente el pseudodiscurso que no se dónde llegará. El monólogo va montado sobre el trillado lomo de la responsablidad. ¿Y a mi qué me importa? soy lo suficientemente responsable cómo para no dejarme morir, pero no para las trivialidades que debo escuchar y sufrir todos los días, cómo si madrugar y sentirme vivo no fuera suficiente tortura. Risas pendejas... ¡se ríen por ni mierda! ¡De esta porquería!

Menos mal que sé le está acabando el tiempo a este pobre tipo, hasta lo compadezco, patético, con un saco que estoy seguro, es prestado; y sus mangas, desproporcionadamente anchas. Ya me lo imagino siendo llevado y traído sin la menor resistencia por un par de enfermeros calvos, de uniforme blanco impecable, por los pasillos del campus...

jueves, marzo 22, 2007

Una solución antihigiénica


Para aquellos días en los que las manzanas se antojan arenosas y agrias al paladar.


La sangre corría libremente por su contorno, cubriendo de carmesí su piel con su húmedo abrazo. Ella sólo atinaba a observar sin quejido alguno el frío metal del cuchillo de caza y cómo éste desaparecía dentro de su vientre, justo en el lugar más doloroso, la franja limítrofe entre la ombliguera raída y la cintura del jean barato de San Victorino.

Adolfo, por su parte no salía de su estupefacción, por fín lo había hecho, despues de rumiar esta sencilla acción un año tras otro; estaba todo consumado. Encendió un cigarrillo y se dedicó a observar cómo ella se alejaba.

Su cuerpo seguía allí, bajo volutas de humo que olían a ginebra. Fué al baño y cagó, en su mente seguía escuchándola. Su madre, en calzoncillos de su papá apareció masticando un salchichón. Le preguntó quien era la muerta en la sala. Él, mientras pujaba y sin haber cerrado la puerta del baño le respondió con un "No le importa".

Entró el cadáver al baño y con el mismo cuchillo y un machete que encontró detrás de la cisterna la fué picando y jalando de la cadena se libraba de las pruebas que podían inculparlo. Cuando iba por la cintura dejando un olor apestoso en las baldosas blancas del baño, el retrete se tapó; las heces y los pedacitos del cuerpo rebosaron y expulsaron todo el hedor sobre el medio cadáver y sus pies.

Era extraño porque sin saber de donde salían cantidades absurdas de agua que inundaban el baño mientras el hedor y la suciedad escapaban por debajo de la puerta. Dos golpes. -¡Hijueputa! ¿Para qué me tapa el baño?- gritó su esposa.

sábado, marzo 17, 2007

viernes, marzo 16, 2007

Terrorismo informático o censura disfrazada


Hace unos pocos días me enteré de la pésima obra de un hacker en los blogs Coprofilia Letras Ignoradas y Bizarro City. Este experto informático procedió a sabotearlos y dejarlos cómo muestra de la cruenta amenaza contra la libertad de expresión de los sites colombianos (Para ver: www.coprofilia.blogspot.com - www.bizarrocity.blogspot.com). Lo preocupante en esta situación de alerta roja permanente entre los bloggers es que el autor además de decirse paramilitar -como se pudo ver en algunos blogs- suplante a un usuario que dice no ser el responsable y que toda la situación se convierta en una prolongación electrónica de la guerra sin cuartel que el país ha vivido los últimos 40 años.


Me parece lamentable que una persona o personas sin conciencia social ni de libertad de expresión se hayan medido a cometer estos actos de la más alta intolerancia en un momento en el cual lo que más necesitamos es de la sana convivencia. Veo estos actos de pseudoterrorismo informático cómo un retorno a la Guerra de los Mil Días, al Bogotazo o al Estatuto de Seguridad del periodo Turbay, en donde lo único que importaba era imponer su voz por encima del contrario, silenciándolo con maquiavélicos métodos.


Hago un llamado a todos los bloggers -sin importar hostings, porque nos une la vocación de no quedarnos callados en donde sea- a que se manifiesten su repudio por esta censura tan indeseable, que solo nos fortalecerá frente a los intolerantes y violentos.

jueves, marzo 08, 2007

La banca colombiana: una gran oportunidad


A lo largo de la última década se ha notado el enorme efecto que la llamada globalización tiene en los mercados y en general, en el modus vivendi de las civilizaciones, porque el fenómeno globalizador no se circunscribe a la mera integración económica, sino que ningún aspecto de la cotidianidad, inclusive, escapa a este intento de fraguar una mancomunidad del tamaño del orbe.

Colombia, a la luz de los múltiples tratados suscritos con Estados Unidos –su mayor socio comercial- no se podía, ni mucho menos, quedar atrás, ya que compromisos del calibre del TLC le obligan a asumir el reto de competir de golpe, en un mundo tomado por las ideas neoliberales, pero que no cometió los errores de la “apertura” del presidente César Gaviria a principio de la década de los noventa y que pareció seguir las políticas del famoso Consenso de Washington, ya que, a diferencia de sus vecinos más temperamentales, Colombia ha sido un fiel seguidor y escudero de las políticas monetarias estadounidenses sin importarle mucho las consecuencias a largo plazo en la población y en su economía. Sin embargo, y de manera inexplicable, los resultados no fueron los esperados, esto trajo la consabida protesta y satanización del modelo neoliberal en Colombia.

En la actualidad, y después de años de proteccionismo, el país por fin acepta el reto de liberar las cargas inútiles del Estado y que no lo fueron tanto en tiempos anteriores. A este respecto, me parece apropiado resaltar el proceso de liquidación que se está llevando a cabo en el Instituto de Seguros Sociales (ISS) aun cuando hay ciertas improvisaciones para el apropiado –pero oneroso- gasto de trasladar a los usuarios hacia una EPS en concurso todavía. Después de esta muestra suprema de desprendimiento por parte del Estado colombiano para sanear y reordenar su economía, es posible entender que por fin ha llegado el momento de la bonanza, porque el Estado de deshace de sus joyas de la corona para dedicarse a legislar y fortalecer su presencia. Porque el Estado no debe ser banquero, textilero, asegurador, terrateniente ni en general, nada que le aleje de su objetivo específico de Laissez-faire, laissez-passer. Así la población se muera de hambre por culpa de un gobierno que solo legisla en la oscuridad.

En el mundo financiero se ha podido observar cómo se pone de moda –o de alternativa obligada- la figura de las fusiones y el riesgo compartido, mejor conocido por los expertos como Joint Venture; este fenómeno no ha sido ajeno a Colombia, ya que su popularidad se extiende de manera sorprendente, y no debería ser sorpresivo, ya que las grandes corporaciones acuden a estas figuras para abaratar costos y buscar eficiencia en todos los aspectos posibles. Las corporaciones que llevan a cabo estas por lo general son especializadas en algo en común.

Siguiendo las mencionadas tendencias, para nadie en el mundo de las finanzas ha sido un secreto que la banca mundial no ha sido ajena a este fenómeno, más aún, se ha convertido en protagonista destacado gracias a los fantásticos movimientos que han realizado a lo largo del mundo los que ahora se convierten en colosos financieros; todo esto lo veríamos desde la barrera, al estilo taurino si el enorme flujo de capitales no pasara por Bogotá; sin embargo, cómo en el país se cruzan muchos motivos políticos, estratégicos, militares y financieros, además de un gran potencial económico, es imposible entonces, estar ajeno al ajetreo. Es así cómo las grandes multinacionales posan sus ojos en un sistema económico que recién está saliendo de la coraza proteccionista y casi pueblerina en la cual las empresas convivían de manera tranquila, sin preocuparse por la competencia exterior, sin conocer las modernas técnicas que el nuevo orden económico mundial estaba imponiendo.

En otras palabras, el mercado bursátil y financiero colombiano se encontraba aletargado de manera más acorde con los años 70.

De esta manera, nos encontrábamos hasta hacía 5 años, con unos pocos bancos con más activos intangibles que otra cosa y a los cuales las corporaciones de ahorro y vivienda trataban de hacerles contrapeso sin mucho éxito. La banca no ofrecía un portafolio de servicios sino dos tipos de cuentas, y unos créditos con las más altas tasas de interés. Los bancos hacían lo que querían. No había competencia sólida. No había evolución. Y todo gracias al gobierno de turno.

Sin embargo, las empresas financieras no podrían ser ajenas por siempre a la apertura económica. Si el costo de vida aumentaba o si aumentaba la riqueza y eran requeridas inversiones de alto calibre, no servía una banca que estuviera hecha sobre el modelo casi macroeconómico, con sus cifras tan modestas. De lo anterior no parecían darse cuenta los poderosos “cacaos” del mercado bancario, que preferían fortalecerse internamente sin esperar o prever de alguna manera la futura entrada a gran escala de inversiones y capital. Esto causaba una retención y gran acumulación del capital, que en algún momento debía ser evidente.

En primera instancia, del potencial banquero y financista parecieron darse cuenta los Gilinski, saga de poderosos banqueros y dueños del Banco de Colombia que fueron más ambiciosos que la media colombiana al negociar una fusión con el Banco Industrial Colombiano BIC del Sindicato Antioqueño e iniciar lo que hoy se conoce como Bancolombia (grupo que enfrenta hoy una gran pugna por presuntas malversaciones y por el control accionario). El único mérito fue que los Gilisnki vieron un poco más allá que los otros, en gran parte alimentados por sus experiencias en otros bancos alrededor del mundo.

Aún así, el Grupo Bancolombia (banca de inversión, leasing, renting y banca convencional) no tuvo suficiente y tal vez por eso sumó a sus activos a Conavi, una de las últimas CAV (corporaciones de ahorro y vivienda) de gran tamaño y popularidad y la primera que se tornó en un banco; todo esto para ser un jugador de talla mundial y cotizar en las mejores bolsas del mundo además de la de Bogotá, cómo lo es la de New York.

De inmediato, como impelidos por un resorte invisible, los inversionistas en la banca despertaron sobre los grandes potenciales financieros en Colombia; lo vieron cómo que era: un próspero mercado por desconocer tan flagrantemente el modelo librecambista, por ende, había dinero, y clientela potencial en grandes cantidades. Adicional a esto, Bogotá se convirtió paulatinamente en la ciudad clave para entrar a Latinoamérica con todo tipo de negocios y capitales hacia el resto del continente. Cómo si fuera poco, su cercanía con EE.UU. en términos políticos le obliga a ser el centro de los movimientos tanto políticos cómo monetarios.

Su recién adquirida liberación económica hacía a la banca colombiana semejante a una cotizada virgen que de súbito aparece en el medio. Todos empezaron a cortejarla de múltiples maneras. A este respecto aplican las compras del BBVA español, que se quedó con el Banco Ganadero y el fondo de pensiones Horizonte, ampliando dramáticamente tanto su portafolio cómo su rango de acción y el Banco Santander, quien fuera uno de los primeros extranjeros en llegar gracias a la Ley 50 para poder adquirir Bancoquia.

Así pues, los demás banqueros adquirieron en sus mentes la dimensión del potencial y la premisa de “Todo se vende” una vez que las inversiones extranjeras empezaron a llegar rápidamente, los surafricanos de SABMiller se quedó con Bavaria, la joya de la corona del Grupo Santo Domingo y gracias a esta transacción -que supuso, además, extraños ahorros de impuestos para don Julio Mario- y Sinergy de Brasil se quedó con Avianca al sacarla del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras.

Las invasiones a la banca y la economía se consolidan con la venta del Bancafé a Davivienda, que ahora adquiere el poder para competir con los extranjeros de General Electric Money (GE Money, la filial de consumo del titán norteamericano) que van por el control de Colpatria y con el Citibank, que estudia muy seriamente las posibilidades de comprar un banco o conglomerado criollo para irrumpir –o volver- con mucha fuerza en uno de los mercados más dinámicos de América Latina.

Esto nos despeja el panorama general de los movimientos financieros de alto nivel en el país, que está empezando a fortalecerse en cuanto a bolsa y peso financiero se refiere, para poder estar a la altura de la comunidad global de la cual hará parte en el corto plazo (corto, pues las inversiones ni los negocios esperan). Lo único que se espera de todo este ajetreo es que la nación se pueda quedar con unas buenas tajadas de todos estos negocios y que estas redunden en grandes beneficios e inversiones, no solo para pagar la deuda externa –que se convierte en impagable- sino para administrar y distribuir la riqueza de una forma mucho mas equitativa y poder pensar en dejar de ser un país subdesarrollado a mediano plazo, porque si Colombia no se impone retos grandes, y los cumple, no podrá salir del estado de pseudocolonia norteamericana en el que se encuentra y será un jugador de tercer nivel en el gran encuentro globalizador por una comunidad mundial verdaderamente integrada en todos los sentidos.

sábado, febrero 24, 2007

Nuevo símbolo para la gasolina


Esta es la nueva posición que el mundo petrodependiente se ve obligado a asumir por causa de no pensar ni invertir en las energías alternativas con la presteza requerida.

sábado, febrero 17, 2007

Desarrollo de las políticas culturales en América Latina, por Néstor García Canclini


En este texto introductorio a las políticas culturales y sus paradigmas en América Latina, se puede notar la intencionalidad del autor de exponer las principales situaciones con las que son relacionadas la cultura y la política.

Las aparentes contradicciones que conlleva la simbiosis cultura-política quedan patentes en las primeras páginas del texto, en donde de manera sencilla, Vargas Llosa expone la incompatibilidad que ocupa la lectura[1].

Para el autor, las políticas culturales son “El conjunto de intervenciones realizadas por el Estado, las instituciones civiles y los grupos comunitarios organizados a fin de orientar el desarrollo simbólico, satisfacer las necesidades culturales de una población y obtener consenso para un tipo de orden o transformación social”

Es por esta aparente disfuncionalidad entre la terminología política y cultural y las variadas concepciones sobre la cultura latinoamericana que las políticas culturales han cobrado tanta importancia desde que el término fuera acuñado a mediados de, los años 80, y lo que actualmente se conoce como políticas culturales, García Canclini lo percibía cómo un tema que era debatido sin el rigor científico que requería[2]., llegando incluso a retomar la idea de la inexistencia de dichas políticas.

Esta posición no dura mucho, teniendo en cuenta la mención de importantes iniciativas por parte de organizaciones internacionales y ONG’s que empezaron a preocuparse en los cada vez mas abundantes congresos por sacar de la informalidad el tema cultural en los gobiernos y sus diferentes enfoques y, bajo unas investigaciones concretas poder definir las pautas a seguir para que las culturas no permanezcan sepultadas en el olvido burocrático y colectivo, tergiversadas por las especulaciones filosóficas. En síntesis, la rigurosidad científica y el método están siendo empleados en el análisis de las estructuras culturales.

Aún cuando el autor aclara su intencionalidad de la no circunscripción a los programas estatales, es muy difícil esto, sabiendo que los primeros informes y planes culturales son productos de fuentes pseudo oficiales y se centran únicamente en las políticas gubernamentales, obviando el desarrollo y crecimiento de un país por medio del apartado cultural, que ha sido visto cómo un campo para la iniciativa de las industrias culturales masivas.

El análisis de las políticas a seguir en este campo no es solo producto del empirismo trasladado por políticos al papel bajo la fórmula de “política cultural”[3] que, aunque válido cómo punto de partida bastante adecuado (porque demostraba cuando menos cierto esfuerzo estatal por resultar coherente en sus políticas), se quedaba en eso, en un punto inicial, y no se buscaba mucho sentido global y reflexión de los directamente implicados en la cultura y la manera en que esta se integraba a las acciones estatales por medio de vínculos sociales.

La iniciativa a incluir la cultura como uno más en el portafolio gubernamental le correspondió indirectamente al accionar privado, en una especie de neo-conservadurismo, ya que estos (transnacionales, movimientos religiosos y agrupaciones culturales, entre otros) reconocieron primero que los gobiernos, y sin su intervención la necesidad de ahondar en una política cultural concreta y metódica y fomentar una mayor investigación por parte de la iniciativa pública.

En la búsqueda de una visión general del estado sobre las políticas culturales, es inevitable que se pretendan ver los límites de la sociedad nacional, cosa que permitiría, desde luego, delimitar los alcances y la efectividad de los lineamientos a seguir en materia cultural (entendiendo que la cultura no es solo lo que se conoce cómo “alta” cultura, sino cómo el conjunto de convenciones, procesos y signos donde se elaboran la significación de las estructuras sociales que permiten una cosmovisión unificada) así como su democratización.

Tal como menciona García Canclini “Documentar las políticas culturales sigue siendo una tarea indispensable para poder hablar de ellas, o sencillamente para evitar la desmemoria de nuestros pueblos”[4] Este es el motivo principal por el que la cultura y sus políticas no son planteadas de manera posterior, sino que se estructuran en los planes gubernamentales para la cultura y el papel de esta última aporta grandemente a la comprensión del campo socioeconómico al exponer el verdadero sentir de los pueblos que están pasando por los procesos de la modernidad y sus soluciones cómo una alternativa al desarrollo[5] viendo a la cultura desde un enfoque más antropológico.

Sin embargo, todos los esfuerzos encaminados al crecimiento de la cultura se ven seriamente obstaculizados por los graves problemas de desarrollo en las sociedades latinoamericanas, problemas que obligan a pagar deuda externa y créditos exorbitantes y así le quitan fondos a la cultura por la austeridad de gastos que se suele decretar en los gobiernos.

Por estos motivos surgen ciertos paradigmas políticos de la acción cultural como el mecenazgo, que al mejor estilo del renacimiento, busca al artista para la satisfacción personal mas que para enriquecer la cultura; el tradicionalismo patrimonialista, en donde la cultura debe estar construida y concentrada en torno a la “identidad nacional” bajo la interpretación que les es impuesta y cómo no sigan esa interpretación, serán discriminados por actuar en contra de la identidad nacional. Todo individualismo y originalidad se suspenden.

El estatismo popular, por su parte, concentra en la paternalista y heroica visión del Estado como fuente y recipiente de los valores nacionales, que a su vez son cultura, que acogerá la cohesión del pueblo bajo la tutela protectora del estado y su cultura estandarizada; la privatización neoconservadora soltó un poco las riendas de la cultura al hacerlo algo notable y asequible, democratizando sus contenidos, aunque todavía no fuesen para todos; la democratización cultural, que concibe la política cómo un mero programa difusor de la “alta cultura”[6] y la democracia participativa en la cual se invita al acto de consumir la cultura como un bien o servicio, la obra y el sentido subyacente en si mismos no son tan importantes.

Acudimos pues a una inquietante escenario: el de las consolidaciones de las políticas culturales de todo corte en los países latinoamericanos, cuyos gobiernos son mucho mas concientes de la responsabilidad social que conlleva el idear y dirigir políticas culturales que en alguna manera contribuyan al desarrollo de los pueblos y les permitan construir criterio con base en lo que la cultura hace de la población.





[1] Néstor García Canclini, Políticas Culturales en América Latina, México, Grijalbo, 1987, Páginas 13-14.
[2] Íbidem, Página 14 - 15.
[3] Íbidem, Página 18 - 19
[4] Íbidem, Página 22.
[5] Íbidem, Página 23.
[6] Íbidem, Página 46.

viernes, enero 05, 2007

Inaugurada la capital del lado oscuro


Les participo, devoradores de anticensura, de la integración de Censura Oficial a una magna pero pequeña ciudad. Bizarro City se llama y acoge a la belleza de la sordidez como su bandera. Un sitio diferente de la Bogotá de cemento y hoyos viales; un grito en el vacío que tarde o temprano se hará notar.
Así pues, queridos lectores, sin mas preámbulos, les dejo las coordenadas para gusto de sus aterciopelados y finos paladares: www.bizarrocity.blogspot.com