martes, junio 27, 2006
domingo, junio 25, 2006
El monstruo reformado
En la historia del mundo ha habido multitud de asesinos, genocidas y toda suerte de maniacos con algo de poder que, escudados en el mismo, aprovecharon para cometer múltiples locuras en nombre de sus pseudoideologías; pero jamas ha habido una persona tan absolutamente cruel y demente como Luis Alfredo Garavito, el llamado "Monstruo de los Andes"... Dejen sus opiniónes sobre este miserable bastardo y todo lo que deseen expresar en las sección comentarios de este artículo, recuerden, la palabra de todos cuenta
domingo, junio 18, 2006
FUEGO CRUZADO - Cuento
Se levantó con un guayabo muy fuerte que hizo que su cabeza se sintiera estallar.
- No debí ponerme de valiente a tomar esas cervezas, estoy vuelto mierda-. Con la mano derecha mató al despertador que, de manera cruel, le recordaba del trabajo que le encargó el capitán Rico a realizar temprano en la mañana. -Esa vaina de vivir solo es buena hasta que se acuerda uno que hay que planchar y lavar-, pensó, igual, el capitán le caía muy mal, pero que se le iba a hacer, su empleo estaba en juego.
Se levantó como si tratara de demorar lo inminente, miró la enorme carpeta llena de papeles que parecía pedir clemencia ya que resultaba demasiado pequeña para contener tantos papeles. Se bañó rápido, pero se le olvidó afeitarse y parecía trasnochado. Decidió ponerse el uniforme para verse un poco mejor, tomó su Beretta 9mm, la revisó y se la enfundó en la cartuchera de cuero. -Este día esta muy bueno, lastima ir a perderme otra vez en los pasillos-, dijo. Tomó una buseta casi sin mirar la tablilla de la ruta, la costumbre lo obligaba. Los diálogos de los pasajeros le parecían banales hasta que llegó a ese edificio anónimo del que nadie sospecharía nada.
- ¡Teniente Aguilar!-, dijo la recepcionista del edificio, -¿No se acordaba que hoy tocaba vestirse de civil?
- No… ni idea…
- Bueno, fresco, váyase a los lockers y aproveche que usted siempre deja un vestido.
- … Ah, gracias Maritza.
- De nada teniente, y siga donde el capitán que estaba preguntando por usted.
- Carajo, gracias. Se alejó, fue a cambiarse y se puso un brazalete negro que decía “F2”.
-Aguilar, buenos días. El capitán Rico lo saludó, sin levantar la mirada del folio que leía.
- Diga, mi capitán…
- Vea, hermano, ya sabe lo que tiene que hacer así que váyase rapidito y llévese uno de los carros… Al decir esto, le lanzó una llave de automovil.
- Si mi capitán, ya mismo.
Cuando se fue, le pareció ver algo raro sobre el escritorio, pero no le puso cuidado y se fue. Al otro lado de la calle, en un pequeño edificio, unos hombres vestidos de camuflado se pusieron nerviosos, mientras escuchaban un dialogo breve, después, uno de ellos, llamó por teléfono y dijo:
Se levantó como si tratara de demorar lo inminente, miró la enorme carpeta llena de papeles que parecía pedir clemencia ya que resultaba demasiado pequeña para contener tantos papeles. Se bañó rápido, pero se le olvidó afeitarse y parecía trasnochado. Decidió ponerse el uniforme para verse un poco mejor, tomó su Beretta 9mm, la revisó y se la enfundó en la cartuchera de cuero. -Este día esta muy bueno, lastima ir a perderme otra vez en los pasillos-, dijo. Tomó una buseta casi sin mirar la tablilla de la ruta, la costumbre lo obligaba. Los diálogos de los pasajeros le parecían banales hasta que llegó a ese edificio anónimo del que nadie sospecharía nada.
- ¡Teniente Aguilar!-, dijo la recepcionista del edificio, -¿No se acordaba que hoy tocaba vestirse de civil?
- No… ni idea…
- Bueno, fresco, váyase a los lockers y aproveche que usted siempre deja un vestido.
- … Ah, gracias Maritza.
- De nada teniente, y siga donde el capitán que estaba preguntando por usted.
- Carajo, gracias. Se alejó, fue a cambiarse y se puso un brazalete negro que decía “F2”.
-Aguilar, buenos días. El capitán Rico lo saludó, sin levantar la mirada del folio que leía.
- Diga, mi capitán…
- Vea, hermano, ya sabe lo que tiene que hacer así que váyase rapidito y llévese uno de los carros… Al decir esto, le lanzó una llave de automovil.
- Si mi capitán, ya mismo.
Cuando se fue, le pareció ver algo raro sobre el escritorio, pero no le puso cuidado y se fue. Al otro lado de la calle, en un pequeño edificio, unos hombres vestidos de camuflado se pusieron nerviosos, mientras escuchaban un dialogo breve, después, uno de ellos, llamó por teléfono y dijo:
-Confirmado, todo listo, vamos a ver si encontramos a ese marica-, colgó y todos se alistaron para salir.
Aguilar bajó al garaje y abordó un triste Renault 9 blanco y negro de la Policía, pensando en donde era que quedaba el parqueadero de su destino. Por el radioteléfono, el despacho daba los más variados reportes en código:
- … Erre tres con el veinticinco, en el Centro Nariño, un cinco cuarenta y dos con armas en la ruta de Germania…
Eso lo ponía nervioso, así que le bajó el volumen, nunca se pudo acostumbrar a ese sonido de cambio de frecuencia del radio, ese chillido que le ponía los pelos de punta.
Mientras tanto, en una finca grandísima del Magdalena Medio, un hombre corpulento dejó caer el teléfono, asombrado por el coraje del Estado.
- Esos hijueputas creen que nos van a joder, ¡¡Chumbimba!! Venga para acá. Se acercó un tipo flaco.
- Mande, patrón, vea mijo, háblese con los del eme y dígales que es hora de cobrarles un favor, ¿ellos ya saben?
- Si patrón, dijo el hombrecito mientras se rascaba una nalga con parsimonia.
- Bueno, entonces, póngase en esas, dígales que lo que quiero son esos papeles, no mas, y que sean muy discretos, ¿si?,
- Si señor, hágale, aprovechemos que el Presidente les mamó gallo, pero ya oyó, ¿no? Discreción, no vaya y sea que nos la monten a nosotros después y se arme un problema el berraco.
Chumbimba salió con la misma parsimonia con la que entró, cogió un radioteléfono y dijo:
- Pilas, camaradas, háganle a lo que acordamos hoy mismo porque el patrón necesita una mano, ¿me copian?
- ... Erre, erre, listo, va pa’ esa, cambio y fuera. Y se cortó la comunicación.
El centro, como siempre, estaba despertando con una lenta llegada de los oficinistas que iba a dispersarse por el panorama como el agua desaparece en una esponja. Las palomas no perdían la oportunidad de cagarse en la estatua de Bolívar, y se empezó a llenar la plaza de gente. Aguilar llegó a marcha lenta, por cortesía del trancón mañanero y se dirigió, sin darse cuanta, a la imponente edificación de placas en piedra caliza. Le dijo al celador del parqueadero que venia a ver a un magistrado para entregarle unos documentos importantes; el celador, indiferente, lo dejó pasar sin preguntar nada. El parqueadero estaba inusualmente lleno, así que le costó algo de trabajo conseguir un espacio.
Ya estaba cerrando el carro y se dirigía al ascensor, cuando, súbitamente, llegaron dos camiones de estacas y entraron a la fuerza, rompiendo la barra con la velocidad que llevaban, el teniente estaba como atontado, y no podía asimilar lo que pasaba, de hecho, pensó que era un accidente, aunque poco común. No pudo sino mirar como se bajaba de los camiones un grupo de asalto con fusiles de asalto Kalashnikhov AK-47 y mató a los pocos celadores que custodiaban la entrada. No les tomó mucho tiempo reconocer a su objetivo: el teniente Aguilar, así que le dijeron que soltara esa carpeta y dispararon contra el, errándole por muy poco, este a su vez, sacó rápidamente su arma y empezó a disparar mientras subía al ascensor. Pensó en avisar a sus compañeros, pero se acordó que había dejado el radioteléfono en el carro, así que cuando llegó al lobby avisó a los celadores que quedaban. Con el fólder en la mano, se dirigió a la sala penal, pero lo traicionaron los nervios cuando escuchó al comando invasor que lo llamaba por su nombre mientras los disparos seguían; así se perdió, y apunto de perder la cordura, se metió al primer cuarto que encontró, tomó un teléfono y llamó por la línea directa que solo el sabia al capitán Rico, el único que se le ocurrió lo podía ayudar.
- ¿Aló? ¿Capitán?, si, con el teniente Aguilar, vea… no… no, no tengo tiempo, le informo que nos sapearon, me están buscando, y se tomaron el Palacio hartos guerrillos, mándese gente para aquí por favor, yo mientras tanto voy a entregar el paquete…
En ese momento se cortó la llamada, pero por fin se ubicó dentro del Palacio, todo lo que tenía que hacer era llegar al cuarto piso y defender la posición hasta que lo ayudaran. Un celador que se escondió cuanta que vio al teniente salir del pasillo sur en el primer piso, disparar unas quince veces en medio de la humareda de las ametralladoras y abatir un par de guerrilleros y salir corriendo hacia las escaleras cargando el arma de nuevo. Fue la ultima persona que lo vio, de el nada se sabe. El resto es historia patria en su página mas negra, tan negra fue, que no hay certeza de nada aún después de veinte años.
Aguilar bajó al garaje y abordó un triste Renault 9 blanco y negro de la Policía, pensando en donde era que quedaba el parqueadero de su destino. Por el radioteléfono, el despacho daba los más variados reportes en código:
- … Erre tres con el veinticinco, en el Centro Nariño, un cinco cuarenta y dos con armas en la ruta de Germania…
Eso lo ponía nervioso, así que le bajó el volumen, nunca se pudo acostumbrar a ese sonido de cambio de frecuencia del radio, ese chillido que le ponía los pelos de punta.
Mientras tanto, en una finca grandísima del Magdalena Medio, un hombre corpulento dejó caer el teléfono, asombrado por el coraje del Estado.
- Esos hijueputas creen que nos van a joder, ¡¡Chumbimba!! Venga para acá. Se acercó un tipo flaco.
- Mande, patrón, vea mijo, háblese con los del eme y dígales que es hora de cobrarles un favor, ¿ellos ya saben?
- Si patrón, dijo el hombrecito mientras se rascaba una nalga con parsimonia.
- Bueno, entonces, póngase en esas, dígales que lo que quiero son esos papeles, no mas, y que sean muy discretos, ¿si?,
- Si señor, hágale, aprovechemos que el Presidente les mamó gallo, pero ya oyó, ¿no? Discreción, no vaya y sea que nos la monten a nosotros después y se arme un problema el berraco.
Chumbimba salió con la misma parsimonia con la que entró, cogió un radioteléfono y dijo:
- Pilas, camaradas, háganle a lo que acordamos hoy mismo porque el patrón necesita una mano, ¿me copian?
- ... Erre, erre, listo, va pa’ esa, cambio y fuera. Y se cortó la comunicación.
El centro, como siempre, estaba despertando con una lenta llegada de los oficinistas que iba a dispersarse por el panorama como el agua desaparece en una esponja. Las palomas no perdían la oportunidad de cagarse en la estatua de Bolívar, y se empezó a llenar la plaza de gente. Aguilar llegó a marcha lenta, por cortesía del trancón mañanero y se dirigió, sin darse cuanta, a la imponente edificación de placas en piedra caliza. Le dijo al celador del parqueadero que venia a ver a un magistrado para entregarle unos documentos importantes; el celador, indiferente, lo dejó pasar sin preguntar nada. El parqueadero estaba inusualmente lleno, así que le costó algo de trabajo conseguir un espacio.
Ya estaba cerrando el carro y se dirigía al ascensor, cuando, súbitamente, llegaron dos camiones de estacas y entraron a la fuerza, rompiendo la barra con la velocidad que llevaban, el teniente estaba como atontado, y no podía asimilar lo que pasaba, de hecho, pensó que era un accidente, aunque poco común. No pudo sino mirar como se bajaba de los camiones un grupo de asalto con fusiles de asalto Kalashnikhov AK-47 y mató a los pocos celadores que custodiaban la entrada. No les tomó mucho tiempo reconocer a su objetivo: el teniente Aguilar, así que le dijeron que soltara esa carpeta y dispararon contra el, errándole por muy poco, este a su vez, sacó rápidamente su arma y empezó a disparar mientras subía al ascensor. Pensó en avisar a sus compañeros, pero se acordó que había dejado el radioteléfono en el carro, así que cuando llegó al lobby avisó a los celadores que quedaban. Con el fólder en la mano, se dirigió a la sala penal, pero lo traicionaron los nervios cuando escuchó al comando invasor que lo llamaba por su nombre mientras los disparos seguían; así se perdió, y apunto de perder la cordura, se metió al primer cuarto que encontró, tomó un teléfono y llamó por la línea directa que solo el sabia al capitán Rico, el único que se le ocurrió lo podía ayudar.
- ¿Aló? ¿Capitán?, si, con el teniente Aguilar, vea… no… no, no tengo tiempo, le informo que nos sapearon, me están buscando, y se tomaron el Palacio hartos guerrillos, mándese gente para aquí por favor, yo mientras tanto voy a entregar el paquete…
En ese momento se cortó la llamada, pero por fin se ubicó dentro del Palacio, todo lo que tenía que hacer era llegar al cuarto piso y defender la posición hasta que lo ayudaran. Un celador que se escondió cuanta que vio al teniente salir del pasillo sur en el primer piso, disparar unas quince veces en medio de la humareda de las ametralladoras y abatir un par de guerrilleros y salir corriendo hacia las escaleras cargando el arma de nuevo. Fue la ultima persona que lo vio, de el nada se sabe. El resto es historia patria en su página mas negra, tan negra fue, que no hay certeza de nada aún después de veinte años.
lunes, junio 12, 2006
¿El narco-batallón?
El escandalo mas abochornador en la historia del ejército colombiano parece que no ha llegado a su final, de hecho, me atrevería a decir que, con esas balas de Galil, la misma institución fue destapando esa olla podrida que nadie sabe en que desencadenará.
La masacre de la vereda Potrerito en Jamundí, Valle es lo mas torcido y monstruoso que un ser humano haya hecho. ¿Cómo es posible que, segun balística los cuerpos hayan recibido impactos de bala en la cabeza con fusiles de asalto a quemarropa?, ¿O que los policías hayan sido inmisericordemente emboscados con granadas y un francotirador que no existiría, pues segun altos mandos del ejercito, los batallones de alta montaña no cuentan con rifles de francotiradores ni mucho menos soldados adiestrados en tales menesteres?
La masacre de la vereda Potrerito en Jamundí, Valle es lo mas torcido y monstruoso que un ser humano haya hecho. ¿Cómo es posible que, segun balística los cuerpos hayan recibido impactos de bala en la cabeza con fusiles de asalto a quemarropa?, ¿O que los policías hayan sido inmisericordemente emboscados con granadas y un francotirador que no existiría, pues segun altos mandos del ejercito, los batallones de alta montaña no cuentan con rifles de francotiradores ni mucho menos soldados adiestrados en tales menesteres?
Para completar este dantesco cuadro, un reciente informe publicado por el diario El Tiempo reveló que el coronel Bayron Carvajal, comandante del Batallón de Alta Montaña en el Valle del Cauca, no tenía los méritos suficientes para estar ahí, ya que no asistió a la Escuela Superior de Guerra para hacer el curso de ascenso, con lo cual su carrera castrense habría terminado en el grado de Mayor, pero, por una extraña intervención de un alto mando, esta desición fue reconsiderada a tal punto que incluso, recibió varias condecoraciones por su desempeño. Ademas de una inquietante cadena de irregularidades en las que, de una manera u otra, está implicado, como es el caso del decomiso ficticio de cientos de unos modernos fusiles de asalto que presuntamente pertenecían a la guerrilla, y que el en ese entonces mayor Carvajal, habría ordenado destruir, cuando posteriores indagaciónes confirmaron la existencia y decomiso de solo cinco de esas armas, con lo cual este militar habría engañado al Ejército.
Pero la que, creo, es la parte más patética del asunto es el envío de extraños mensajes de texto entre celulares despues de la cobarde asonada del Batallón a la comisión antidrogas de la Dijín. En aquellos mensajes, según la Fiscalía, se púdo notar el dolo en el accionar del coronel ya que revela aspectos que, más que una operación militar, fue una emboscada lo que efectuaron. Fue revelado el intento de establecer una coartada medianamente creíble.
¿Qué tan profunda y estrecha es la relación (o infiltración) de la mafia caleña en el Ejército? Tanto cómo para preocupar a la DEA y al FBI, que por petición del gobierno norteamericano, adelantan exhaustivas investigaciónes. Es alarmante la manera el la que "Don Diego", el capo mas temido del país y mas buscado por E.U. y su segundo "Capachivo" han utilizado a la III División y la III Brigada del Ejército para hacer el trabajo sucio y la protección para sus operaciónes de narcotráfico.
El poder corruptor de la mafia no conoce límite alguno, por eso es que debe hacerse una profunda investigación que llegue hasta las últimas consecuencias, afortunadamente, el fiscal general, Mario Igauarán tiene la fuerte determinación y la prerrogativa presidencial para llevar esto a cabo. Tanto es así que, incluso, se ha hablado de reabrir el caso de Guaitarrilla, el caso de fuego amigo mas controvertido del país. Así que, mientras me pregunto dónde está la llamada contrainteligencia o al menos los controles internos, esperaré a que la justicia ordinaria investigue falle con verdadera transparencia y justicia para recuperar la credibilidad y moral, no solo de las Fuerzas Armadas, sino de la nación.
viernes, junio 09, 2006
El valor de la paz
Por esta época esta muy de moda la idea de la paz: en Colombia, en el mundo, o incluso en la intimidad familiar se habla de ello. Pero… ¿Qué es la paz y como se obtiene? Esto es muy difícil de determinar, porque, pensándolo bien, la paz (como todo en exceso) puede llegar a ser muy aburrida.
“Si vis pacem, para bellum” (si quieres paz, prepárate para la guerra). Julio César fue muy acertado en esta aseveración, porque como todo, la paz tiene un precio que a veces, no muchos están dispuestos a pagar. Para su fortuna, esto solo requería vigilar las fronteras eficientemente, pero en esta edad moderna las cosas se complican un poco gracias a la magia del dinero. Marx dijo que la religión era el opio del pueblo, y tenia razón, toda vez que la nueva religión es la del dinero. Así, es fácil deducir a quien le rendimos nuestro culto y esfuerzos.
Para esta nueva religión casi nada es imposible. Solo parece imposible conseguir la tan anhelada paz. ¿Por que?, sencillo, la guerra, como todo, es un negocio, uno muy activo que depende no solo de los asustados vaqueros norteamericanos que, a la usanza soviética, disparan para luego preguntar. Ese negocio también depende de los países en conflicto, que compran toneladas de municiones y armamento ligero y pesado, de todos los alcances, de la venta de medicinas, de la oferta de múltiples y cómodos servicios funerarios, de combustible, de vestimenta… en consecuencia, los países en conflicto, los particulares amantes de la caza y los gobiernos miedosos se inscriben en una carrera armamentista de enormes proporciones. Mientras tanto, las inversiones para la paz son pocas y no muy rentables. Mientras tanto, las ONG más importantes y la ONU se hacen las de la vista gorda y se contentan con dar tristes ayudas, o mejor, dar el pescado, pero no enseñar a pescar ni suministrar los medios para seguir pescando algo de incipiente progreso.
Pero la cosa no para ahí, no contentas las grandes corporaciones con financiar la violencia, distraen al respetable publico mostrándoles una paz ficticia en sus comerciales de productos inútiles pero bonitos. El capitalismo descarnado y unos eficaces medios de comunicación sirven para embobar a las masas y hacerles olvidar que hay algo más trascendental que ellos mismas. Esta actividad mediática masiva, por supuesto, deja muchas ganancias. Unas zapatillas Adidas: $220.000, olla arrocera de ultima generación de Óster: $150.000, dos galones de biogasolina: $25.000, consumismo inconciente: no tiene precio. Sección patrocinada por Master – Card.
Tal vez estamos viviendo la paz anhelada, pero no nos damos cuenta que está ahí, tal vez lo que buscamos es una utopía imposible de realizar, ya que ni siquiera sabemos (ni siquiera hay unanimidad en su concepto) que es realmente la paz y como se pretende alcanzarla, hay muchas cosas en juego, como para pensar que podemos sacrificar gran parte del balance económico mundial para llegar a ella.
“Si vis pacem, para bellum” (si quieres paz, prepárate para la guerra). Julio César fue muy acertado en esta aseveración, porque como todo, la paz tiene un precio que a veces, no muchos están dispuestos a pagar. Para su fortuna, esto solo requería vigilar las fronteras eficientemente, pero en esta edad moderna las cosas se complican un poco gracias a la magia del dinero. Marx dijo que la religión era el opio del pueblo, y tenia razón, toda vez que la nueva religión es la del dinero. Así, es fácil deducir a quien le rendimos nuestro culto y esfuerzos.
Para esta nueva religión casi nada es imposible. Solo parece imposible conseguir la tan anhelada paz. ¿Por que?, sencillo, la guerra, como todo, es un negocio, uno muy activo que depende no solo de los asustados vaqueros norteamericanos que, a la usanza soviética, disparan para luego preguntar. Ese negocio también depende de los países en conflicto, que compran toneladas de municiones y armamento ligero y pesado, de todos los alcances, de la venta de medicinas, de la oferta de múltiples y cómodos servicios funerarios, de combustible, de vestimenta… en consecuencia, los países en conflicto, los particulares amantes de la caza y los gobiernos miedosos se inscriben en una carrera armamentista de enormes proporciones. Mientras tanto, las inversiones para la paz son pocas y no muy rentables. Mientras tanto, las ONG más importantes y la ONU se hacen las de la vista gorda y se contentan con dar tristes ayudas, o mejor, dar el pescado, pero no enseñar a pescar ni suministrar los medios para seguir pescando algo de incipiente progreso.
Pero la cosa no para ahí, no contentas las grandes corporaciones con financiar la violencia, distraen al respetable publico mostrándoles una paz ficticia en sus comerciales de productos inútiles pero bonitos. El capitalismo descarnado y unos eficaces medios de comunicación sirven para embobar a las masas y hacerles olvidar que hay algo más trascendental que ellos mismas. Esta actividad mediática masiva, por supuesto, deja muchas ganancias. Unas zapatillas Adidas: $220.000, olla arrocera de ultima generación de Óster: $150.000, dos galones de biogasolina: $25.000, consumismo inconciente: no tiene precio. Sección patrocinada por Master – Card.
Tal vez estamos viviendo la paz anhelada, pero no nos damos cuenta que está ahí, tal vez lo que buscamos es una utopía imposible de realizar, ya que ni siquiera sabemos (ni siquiera hay unanimidad en su concepto) que es realmente la paz y como se pretende alcanzarla, hay muchas cosas en juego, como para pensar que podemos sacrificar gran parte del balance económico mundial para llegar a ella.
miércoles, junio 07, 2006
El mal menor
En estos últimos días se vino a confirmar un evento que estaba anunciado desde hace 4 años: Su Majestad Álvaro Uribe fue, muy a nuestro pesar, reelecto para seguir calentando el Solio de Bolivar. Pero que no se crea el favorito de la nación, de hecho, no hay nada mas alejado de la verdad. Porque así como los votos para el candidato del Polo Democrático Alternativo, Carlos Gaviria, fueron más por inconformismo que por esperanza en la izquierda, también los votos para Uribe fueron por la desilusión nacional de no ver (ni concretar) alternativas reales y diferentes a las que la historia nos tiene acostumbrados.
Hace unos días en la revista Semana salió un comentario mencionado por Horacio Serpa, ex candidato a la presidencia por el decadente y leproso Partido Liberal, en el que afirmaba, de una manera algo resentida que "Hitler también fue elegido por la mayoría". En este claro paralelo pareciera que en verdad la muerte de los partidos políticos está mas que cerca y así transformarse en un mal recuerdo solamente.
Creo, sin lugar a dudas que nos sucedió algo parecido a lo que en Perú aconteció, ya que guiados por la premisa del mal menor, los cholos resolvieron su disyuntiva electoral: Ollanta Chavez Jr. Humala o Alan Corruptus nefastus García. A mi modo de ver, no pudieron escoger de peor manera, pero como dice un refran citado por una amigo mío: Entre dos males, un pesimista escoge los dos.
Aunque solamente es necesario revisar de manera crítica un libro de historia colombiana de primaria para saber que el espantoso círculo vicioso y excluyente de finales del siglo XIX e inicios del XX que coronara Rafael Nuñez con su "Regeneración", se está repitiendo esta vez con el proclamado "mesías colombiano" de Uribe. Sólo espero que no estemos condenados a repetir nuestra bárbara historia.
Hace unos días en la revista Semana salió un comentario mencionado por Horacio Serpa, ex candidato a la presidencia por el decadente y leproso Partido Liberal, en el que afirmaba, de una manera algo resentida que "Hitler también fue elegido por la mayoría". En este claro paralelo pareciera que en verdad la muerte de los partidos políticos está mas que cerca y así transformarse en un mal recuerdo solamente.
Creo, sin lugar a dudas que nos sucedió algo parecido a lo que en Perú aconteció, ya que guiados por la premisa del mal menor, los cholos resolvieron su disyuntiva electoral: Ollanta Chavez Jr. Humala o Alan Corruptus nefastus García. A mi modo de ver, no pudieron escoger de peor manera, pero como dice un refran citado por una amigo mío: Entre dos males, un pesimista escoge los dos.
Aunque solamente es necesario revisar de manera crítica un libro de historia colombiana de primaria para saber que el espantoso círculo vicioso y excluyente de finales del siglo XIX e inicios del XX que coronara Rafael Nuñez con su "Regeneración", se está repitiendo esta vez con el proclamado "mesías colombiano" de Uribe. Sólo espero que no estemos condenados a repetir nuestra bárbara historia.
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