miércoles, marzo 01, 2006

Estoicismo samurai




Para los resignados habitantes de Colombia, es agradable encontrarse con un elemento de ironía en sus desgracias. Curiosamente, me encontré con este burlón elemento sin siquiera desearlo.
El jueves anterior (23 de febrero), por motivos que no viene al caso exponer, mi maleta fué saqueada en una sala de la universidad. Hasta ahí, bien.
Despúes de la consabida rabieta con el mundo por su incompetencia en la solidaridad y por la falta de atención por mi parte, todo se aclaró en mi mente.
Pude conservar un libro.
En ese instante, súpe que nada es permanente, bien sea lo bueno o lo malo, y que, el hombre en su infinita pequeñez, estaba incluido. Ni siquiera "Dios", porque lo atribuí a un mito, uno muy duradero, pero no eterno.
Decidí que iba a tomar ejemplo de los legendarios samurai, para los cuales la importancia material se concentra en ser concientes de la infinita belleza y el enorme caos que conviven a su alrededor; pero tampoco tienen una espiritualidad comprometida, solo la naturaleza, que saben mas trascendentales que sus propias existencias.
Este manifiesto que doy a conocer, creanlo o no, resume las convicciones mas profúndas de mi mente y las hace mas faciles de asimilar. Dedicaré mi espada literaria a proteger esta creencia.

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