Ahora que -inevitablemente- he sido invadido por el espíritu festivo-comercial de la natividad católica -curioso para un disteo, no?-, y habiendo dejado atrás el empleo que me esclavizó ofreciendo ropa a una marea de idiotas, procedo a escribir unas tonterías que se me ocurrian mientras cavilaba detrás del mostrador mascando un insípido sandwich con la infaltable Coca-Cola.
- ¿Por que demónios me dejé enredar por la mastodóntica maquinaria mercantilista?, acaso fuera como reza una conocidísima canción: ... Trabajar para ganar para comer, para tener la fuerza para volver...
- Me dí cuanta de lo facil que es enredar a los incautos cuando -inútilmente- buscan sentirse bien consigo mismos tras una marca comercial.
- ¿Por que demónios me dejé enredar por la mastodóntica maquinaria mercantilista?, acaso fuera como reza una conocidísima canción: ... Trabajar para ganar para comer, para tener la fuerza para volver...
- Me dí cuanta de lo facil que es enredar a los incautos cuando -inútilmente- buscan sentirse bien consigo mismos tras una marca comercial.
- Pude ver el afán de lucro de las compañías y hasta donde pueden llegar -o que tan bajo pueden caer- para obtener los centavos que con tanto esfuerzo reúnen los incautos.
- Noté, no sin preocupación, los grandes esfuerzos que los trabajadores -temporales en su mayoría- hacían para poder vender un simple artículo y cómo se pueden disputar una clientela.
- ¿En que momento el capitalismo devoró una fiesta de semejante magnitud como lo es la natividad? (aún cuando no crea en Dios, la fiesta en sí me parece adecuada)
- ¿Por qué el pueblo es tan ciego y solo responde al afán de endeudarse si saben que Enero es un mes con necesidades mas importantes -colegios, universidades, impuestos, ahorro- que unos simples regalitos que se pueden dar en cualquier otra época?
- ¿Puede la frustración de no recibir un regalo ser tan grande como para llevar al trauma a los niños que esperan a un gordo vestido de peluche rojo y carácter mas bien pervertido que impunemente comete allanamiento de morada por todo el mundo con una bolsa tremendamente sospechosa y supuestamente llena de regalos?
-¿Cómo es que los niños buenos, pero pobres no reciben al susodicho gordo ese en sus humildes hogares ni reciben un solo presente?
- Cuando Santa Claus "vuela" con su trineo y sus renos propulsores (!), ¿No pone en peligro el ya de por si, denso tráfico aéreo? ¿Siquiera es visto por los controladores en los radares de los aeropuertos? ¿Si es visto, no corre el riesgo de ser derribado por aviones caza de todas las fuerzas aéreas del mundo? (porque lo pueden confundir con un OVNI o una avioneta llena de cocaína que vuela bajo para evitar ser detectada).
Con esto concluyo mi inocente y sana refexión, y me retiro, no sin antes desearles a todos los lectores que ojalá se hayan atorado con pavo, alcohol, cosas inútiles y sexo gratuito en estas fiestas de diciembre, que nos dan la muy valiosa oportunidad de olvidar nuestras diferencias, nuestros prejuicios, nuestra decencia, nuestra dignidad, etc...
Hasta pronto.